- -25%

Mireya Abarca Castillo.
Este libro aborda y analiza cada uno de los tres períodos vitales en los que se producen cambios importantes que condicionan la trayectoria del desarrollo emocional: la primera infancia, la etapa que va desde la escolarización hasta la pubertad y el inicio de la adolescencia.
Autor
La doctora María Mireya Abarca Castillo es licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Antofagasta, Chile, y es especialista en educación infantil. Realizó sus estudios de posgrado en la Universidad de Barcelona, orientando su formación a la educación emocional.
Actualmente ejerce como académica en la Facultad de Educación de la Universidad de Antofagasta y, además, presta servicios como orientadora en la Dirección de Desarrollo Estudiantil.
Sinopsis
¿Qué es la educación emocional? ¿Cómo se lleva a cabo? ¿Cómo la aplicamos en las aulas? En la educación actual hay una evidente falta de consenso sobre qué contenidos curriculares deben considerarse para trabajar el desarrollo de las emociones: ¿debemos educar a los niños para potenciar su inteligencia emocional o para ayudarles a desarrollar sus emociones?
Con el objetivo de proporcionar una visión sobre el desarrollo emocional que nos ayude a responder estas preguntas, en El desarrollo de las emociones, Mireya Abarca repasa las aportaciones de, entre otros, Gardner, Salovey, Mayer y Goleman, y nos ofrece una perspectiva multidimensional a través de cinco ejes temáticos evolutivos: el surgimiento de las emociones, la reactividad emocional, la expresión emocional, el desarrollo de la conciencia emocional y la generación de los procesos de autorregulación emocional.
En El desarrollo de las emociones. Implicaciones curriculares en la escolaridad obligatoria, se aborda y analiza cada uno de los tres períodos vitales en los que se producen cambios importantes que condicionan la trayectoria del desarrollo emocional: la primera infancia (cuando predominan las emociones básicas como mecanismo de supervivencia y el niño establece el vínculo afectivo con los padres), la etapa que va desde la escolarización hasta la pubertad (cuando el niño, determinado por su desarrollo cognitivo, interactúa con el contexto social y desarrolla el autoconcepto y la empatía) y el inicio de la adolescencia (cuando el autoconcepto adquiere mayor importancia).
Los tiempos han cambiado, la escuela ha abierto los ojos: las emociones ya no son negadas, ahora son reconocidas como un factor de éxito en la vida de las personas, y por ello su impacto es tan importante en los procesos educativos.
Ficha técnica